La cocina es el lugar de la casa que más se ensucia; de hecho, se ensucia varias veces al día y, dependiendo de lo que cocinemos y la manera de organizarnos al hacerlo, puede llegar a ser todo un reto que vuelva a su estado original de limpieza y orden. La grasa es la principal culpable de que la cocina se ensucie y luzca con mal aspecto, por lo que nuestro objetivo es combatirla y evitar que se adhiera a superficies y electrodomésticos. Sin embargo, y aunque es inevitable que cada cierto tiempo necesite una limpieza a fondo, con maña y algunos trucos podemos conseguir limpiar una cocina rápido y que quede impoluta día a día:
FRIEGA A LA VEZ QUE COCINAS
¿No conoces el dicho de “no es más limpio es que menos limpia sino el que menos ensucia? No hay nada más eficaz que no dejar que se acumulen platos y cacharros en el fregadero, así que ve fregando cada vez que acabes de utilizar uno, pues así después de la comida tan solo tendrás que limpiar los platos, los cubiertos y esa última sartén. Cocinar lleva su tiempo, y la mayor parte nos lo pasamos vigilando la comida, así que puedes quedarte al lado pero ir quitando lo que ya no vayas a usar más.
ORDENA: CADA COSA A SU LUGAR Y EL RESTO AL FREGADERO
Aunque hayas sido eficaz fregando a la vez que cocinabas, siempre quedan cosas repartidas por toda la cocina, desde la mesa con los platos, los cubiertos, los vasos, etc. de la comida, hasta la olla, la manopla para no quemarte, la sal y otras especias, etc., en la vitrocerámica. Por ello, antes de comenzar con la limpieza en sí, recoge todo y colócalo en su lugar. Lo que ha de fregarse va al fregadero. Aprovecha para pasar una bayeta y llevarte las migajas en los platos.
BARRE
Después de cocinar es inevitable que migajas y otros restos caigan al suelo, así que barre antes de fregar los platos, pues inevitablemente caerá algo de agua y entonces será más difícil barrer.
FRIEGA LOS PLATOS
Es hora de quitar la montaña (sea más grande o más pequeña) de platos que hemos acumulado tras la comida.
NO TE OLVIDES DE LA GRASA
Ya lo dijimos: la grasa es nuestra gran enemiga. Ahora que tienes toda la cocina despejada y no hay ningún cacharro en el fregadero ni migajas en la encimera, es hora de coger una bayeta y un producto antigrasa con los que pasar sobre la encimera, la vitrocerámica (esta requiere un producto especial para evitar ralladuras), muebles, electrodomésticos, etc. No se trata de una limpieza a fondo, pero hacerlo día a día evita que la grasa se acumule.
FRIEGA EL SUELO
Por último, si consideras que es necesario, pasa la fregona y… ¡cocina limpia!